Ahí van algunos ejercicios para combatir la voz temblorosa.
Con estos ejercicios se gana una voz más potente, segura, y agradable al oído de las demás personas.
¡Ahora sí, algunos ejercicios!
Lo mejor es que los haga a la mañana, o a la
noche antes de dormir (no es necesario que los haga 2 veces en el día!)
arranque de a poco para no sentir el agotamiento en la garganta y las cuerdas.
Si es necesario, para darse cuenta de que la respiración sea correcta,
recostado, ponga un libro arriba de su estómago, la idea es que en la
respiración el libro se levante, y en la espiración, baje!! Es una manera de
hacerlo más consciente.
La única solución a estas deficiencias está en aprender a respirar
correctamente.
La respiración
correcta se denomina DIAFRAGMATICA,
porque depositando el aire en el abdomen se logra que el músculo diafragma sea
el soporte y la catapulta del aire que hará vibrar sus cuerdas vocales.
Aspire profundamente y mida el tiempo que puede
leer hasta necesitar aire nuevamente, o, también, prolongue una vocal (Ej.
aaaaaaaaaaaaaaaaaa...) y cronometre su duración hasta que se quede sin aire.
Probablemente serán 10, 15 o 20 segundos los que duró su aire.
Esto quiere decir que no entró suficiente aire
porque no hemos acostumbrado a nuestro reservorio (músculos abdominales y
pulmones), a acumularlo. A esta falta de costumbre o de ejercicio, se debe que
cuando aspiramos profundamente en un campo abierto tenemos sensación de ahogo.
Entonces, entrenemos
nuestro pecho para la respiración abdominal:
* Por la
nariz, aspire lentamente, cuidando de que el aire que toma empuje los músculos
del abdomen. Sienta cómo su estómago tiende a levantarse. Usted no solamente está
llenando sus pulmones, sino también la cavidad abdominal.
Luego, también lentamente, expela el aire como
si estuviera soplando suavemente. Claro, cuando suelte el aire, su estómago se
irá desinflando. Se recomienda hacer esta práctica (con toda seriedad) diez
veces en la mañana y diez veces en la noche, durante siete días. Estas
respiraciones abdominales deben ser profundas y lentas. Nada ganará con
ejercicios bruscos.
Poco a poco usted se dará cuenta de que su caja
torácica pide o está más dispuesta a recibir mayor cantidad de aire.
Siempre practique en posición de pie, levantando
moderadamente la cabeza, soltando los brazos y sin tensiones musculares.
Para hacer las prácticas de respiración siéntase
tranquilo y relajado. Cuidado especial: cuando respire, no levante el pecho ni
los hombros.
* En
la segunda semana, aspire en la forma indicada (sintiendo como se llena
su cavidad abdominal) y, luego de la aspiración profunda, detenga el aire
introducido (10 segundos) y luego suéltelo soplando lentamente. Esto realice
diez veces en la mañana y diez, en la noche, durante una semana.
Al principio le puede parecer un poco cansada
esta práctica, pero, poco a poco, su organismo se irá acostumbrando a respirar
correctamente e irá descubriendo que, efectivamente, sí podía más.
Con estos simples ejercicios, usted ya va
conociendo la técnica de la respiración abdominal o diafragmática.
* En
la tercera semana ya vamos a aprovechar esa respiración para administrar
mejor el aire y transformarlo en sonidos.
Para ello, al expeler el aire, en lugar de
soplar lentamente, emitiremos el sonido de la letra u, de manera continua, sin
cortar la salida del aire: uuuuuuuuuuuuuuuuuu...
La emisión del sonido debe ser suave, muy débil,
para no gastar aire. Se recomienda la letra u porque la posición de los labios
para pronunciarla evita que derrochemos aire.
Así empezamos a ejercitar una mejor
administración del aire y el control de los múltiples músculos que intervienen
en el lenguaje oral. No se preocupe si al principio le sale la letra
uuuuuuuuuuu... un poco temblorosa o con variaciones.
Precisamente, eso le demostrará que aún no domina la
"salida del aire", porque, mediante el ejercicio continuo,
sonará uniforme y firme. En realidad podríamos comparar nuestra expulsión de
aire con una llave de gas o de agua. Podemos regular la salida del agua,
abriendo la llave para que salga un chorro fuerte y grande, o cerrándola, para
que salga un chorrito débil y delgado, pero uniforme. Así, nuestros sonidos
pueden salir fuertes o débiles, dependiendo de la cantidad de aire que
utilicemos en su emisión y de la técnica que utilicemos para fortalecer los
músculos correspondientes.
* A
partir de la cuarta semana, y con el mismo ritmo de práctica, realice
aspiraciones profundas y emita sonidos con diferentes vocales pero variando la
intensidad; es decir, unas veces haciéndolas sonar fuerte y otras muy débiles.
Obviamente, cuando produzca sonidos fuertes, el aire se le terminará más
rápido; pero, así aprenderá a dominar su salida y a conocer variaciones de
modulación.
* En
la quinta semana, entramos a la diferenciación de sonidos nasales: con
el mismo aire, en vez de vocales, pronuncie las letras m y n. Para el efecto,
aspire profundamente, haga sonar mmmmmmmmmmmm... y nnnnnnnnnnnnnnnnnn...
alternadamente en cada respiración. Ponga especial atención a la repercusión de
esos sonidos en toda su cabeza. Sienta como toda ella vibra. Notará que el aire
sale por la nariz cuando dice mmmmmm... o nnnnnn... y que resuenan en su
cabeza. Compruébelo tapándose un segundito la nariz. Cada vez, trate de que
esos sonidos se escuchen más fuerte.
Luego, mezcle esas consonantes con vocales. Por
ejemplo: nnnnnnnnnnnnaaaaaaa ... nnnnnnnnnnnneeeeee ... (imite un mugido) mmmmmmmmmmmmmmmuuuuuu
.... etc.
A estas alturas de la práctica, ya no tiene que
respirar diez veces en la mañana y diez en la noche, sino que usted mismo se
irá imponiendo un exigente ritmo de práctica, que no lo lleve al agotamiento
pero que le ayude a dominar la emisión de sonidos fuertes y débiles.
En este momento por su seriedad, constancia y
disciplina la, calidad y fuerza de sus sonidos será mucho mejor que hace un
mes. Sin embargo, estamos comenzando...
Ya puede tomar más aire y se está fortaleciendo
esa membrana llamada diafragma
Ahora usted, gracias a su respiración, podrá
sentir la diferencia entre lo que es gritar y lo que es hablar alto. Cuando
grita, está irritando su garganta y forzando sus cuerdas vocales. En cambio,
cuando habla en alta voz, solamente está utilizando mejor su aire y proyectando más el sonido.
Para
proyectar o colocar mejor su voz vienen estos ejercicios: procure que el sonido producido por el paso del aire por sus cuerdas
vocales, haciéndolas vibrar, choque y resuene en su paladar y salga fuerte,
claro y sonoro, hacia afuera
Practique cantando alguna frase musical.
Levante su cabeza para que el sonido pueda salir
entero. Imagínese que está enviando su voz a una cierta distancia (por ejemplo
a 5 metros) y que debe llegar hasta allá con todo su fuerza y claridad.
Luego, imagínese que su voz debe llegar a 10
metros y procure que llegue directa, nítida y fuerte.
También es bueno alternar variando el volumen;
es decir, en otro momento cante muy bajito (piano) como si cantase al oído de
una persona. Pero siga sacando su aire correctamente, continúe con la
respiración diafragmática y solamente reduzca la intensidad de su expulsión de
aire.
Sólo debe variar el volumen. Pero, cantando fuerte
o piano, se debe escuchar igual, esté muy cerca o a distancia.
* Finalmente,
otro ejercicio para controlar o
administrar la salida de su aire: Tome una vela encendida y cerque sus
labios a unos cuatro o tres centímetros de la llama (sin quemarse, por favor) y
pronuncie prolongadamente la letra u. El sonido (aire) debe salir muy despacio.
La práctica está en no apagar la llama. Desde luego, esto se conseguirá si
domina, regula o administra su aire, porque si expele muy fuerte, apagará la
llama. Haga este ejercicio cuantas veces sea necesario hasta que diciendo:
uuuuuuuuuuuuuuuuu... muy cerca de la llama, no la apague.
Otra vez la comparación: así está aprendiendo a
controlar la llave de aire.
Insista en todos los ejercicios que hemos visto
y alterne pronunciando frases o cantando un poco, una vez suave y otra vez
fuerte.
Y si desea una auto-evaluación diaria, pruebe
con este ejercicio: respire y diga: "Gracias a mi gallina ponedora, los
huevitos no me faltan. Diariamente tengo uno, tengo dos, tengo tres, tengo
cuatro, tengo (así, continúe hasta que le alcance la respiración). El éxito
estará en que cada día tenga más huevos...
Esa será la mejor prueba de que está respirando más y
mejor. Usted puede.